De ingerir matarratas a Comandante de Operaciones Combinadas
Situémonos en plena segunda guerra mundial, concretamente al final de la campaña africana, momento en el que el bando aliado empieza a mirar al continente europeo. El salto hacia Italia tiene como trampolín , Sicilia. Esto lo sabían los alemanes también, por lo que la isla estaba bien pertrechada, incluso contaba con su propio aeródromo, ampliamente usado contra la inexpugnable Malta.
El primer problema de esta operación, era que empezar a concentrar las tropas y equipo necesarios, no pasaría desapercibido para los alemanes. La solución pasaba pues, por engañar con el objetivo de tal movilización.
Unos meses antes, un capitan de la RAF, Charles Cholmondeley, tuvo la idea de lanzar una radio junto al cadáver del supuesto operador, en Francia. Al cadáver le colocarían un paracaídas mal abierto. La idea se desecho por impracticable.
Tiempo después, el capitan de corbeta, Ewen Montagu, oficial de inteligencia, recupero la idea y empezo a estudiarla.